jueves, 2 de mayo de 2013

Gutierrez de Toledo, la mano del rey.


Posible escudo de Gutierre de Toledo, extraido de las
 armas del concejo de Noreña
Hijo de Tello Fernández de Toledo y María Fernández de Toledo, nace en Toledo en 1330, en el seno de una importante familia toledana que, sin embargo, no solía permanecer mucho tiempo en la antigua capital visigoda. Parece ser que curso estudios de Derecho en Salamanca y empezó desde muy pronto a ejercer diversos oficios eclesiásticos llegando en 1369 a ser canónigo en Palencia y abad secular de Santa María de Husillos, donde su tío Gutierre Gomez de Luna era obispo. Ocho años después es nombrado por fin obispo de San Salvador de Oviedo, estamos a 27 de abril de 1377, no obstante no es hasta finales de ese año cuando llega a la región. Y es que el rey don Enrique había nombrado tutor del infante don Juan al insigne obispo. Este nombramiento tendrá mucho peso en la vida de don Gutierre pues cuando en 1379 el nuevo monarca asciende al trono, don Gutierre será nombrado juez de la Audiencia y Consejero real, puestos ambos que lo colocan en primera linea del gobierno de Castilla, siendo don Gutierre uno de los asesores del rey.
Pese a su ausencia de la diócesis, apenas es nombrado Obispo envía cartas al arcediano de Ribadeo, dependiente de la catedral, para asegurarse que nadie en sus tierras jure vasallaje a nadie que no sea el cabildo o sus representantes. Amenazando con excomunión a todos aquellos que intentarán apoderarse ilícitamente de los bienes de la iglesia. Comenzaba una constante en su vida como obispo, la reordenación y defensa de los bienes del cabildo.
Don Gutierre pasó mucho tiempo fuera de la diócesis realizando siempre servicios al servicio de los reyes, en 1379 nos lo encontramos en Valencia de don Juan, villa privativa de la reina doña Juana Manuel, en la cual los judíos habían alcanzado gran poder y habían construido una sinagoga más grande que el templo parroquial de la mayoría cristiana, esto era ilegal según las partidas de Alfonso X y don Gutierre se dispuso ha hacer cumplir la ley. Pese a todo el desalojo se realizó de manera pacífica, permitiéndose a los hebreos retirar sus lamparas y las Torás y otras pertenencias que guardaban en la sinagoga, que a partir de entonces se utilizó como lugar de reunión del gobierno de la villa de Valencia de don Juan.
Pero sin duda, el mayor servicio que don Gutierre hizo a los reyes fue la defensa de Asturias y los intereses reales frente a las ambiciones de don Alfonso Enriquez, conde de Gijón y Noreña y hermano bastardo del rey Juan I.
Don Alfonso Enriquez es un personaje central en la historia castellana de finales del siglo XIV, era hijo bastardo de Enrique el de las Mercedes, y desde muy pronto acompañó a su padre en diversos hechos de armas. Cuando tras el regicidio de Montiel, don Enrique se alza con la corona de Castilla, don Alfonso consigue las tierras de Asturias que hasta entonces habían pertenecido a su padre por la herencia de don Rodrigo Álvarez de las Asturias. Por su experiencia y su posición familiar don Alfonso era alguien a quién tener en cuenta y en 1378, preparándose una guerra con Navarra, se encarga al conde recaudar 200.000 maravedíes en las tierras dependientes de la mitra ovetense. Pero el conde se tomó la labor demasiado a pecho e intentó recaudar más de lo permitido, levantándose las protestas de los vasallos de la iglesia que hubieron eco en el obispo don Gutierre. Resuleto a no tolerar menguas en los suyos, el obispo decidió no pagar nada. Se empezaban a tensar las relaciones entre los dos grandes terratenientes asturianos.
La situación se va degradando y en 1379, con la guerra ya de capa caída, don Alfonso se apodera de varios bienes en los concejos de Somiedo, Teverga y Proaza, interviniendo el rey su padre para defender a la iglesia ovetense y poner fin a tales abusos. Ese mismo año el rey muere y sube al trono Juan I, hermanastro de don Alfonso.
Las posesiones de los grandes señoríos asturianos.

La muerte de su padre infundió confianza al conde don Alfonso, el cual persiste en su actitud de acoso a las encomiendas de la iglesia de San Salvador, en 1380, por petición del obispo el rey don Juan interviene y su hermanastro parece aceptar la autoridad real y desistir en su actitud. Pero aprovechando la inminente guerra de Castilla contra Portugal e Inglaterra, don Alfonso entra en contacto con los ingleses para ofrecerles un punto de desembarco en la villa de Gijón. Enterado el rey don Juan acude a sitiar Gijón, pero don Gutierre media entre los dos y don Alfonos dice avenirse a la obediencia al rey.
A la par que impone una paz precaria en Asturias, don Gutierre no descansa, estamos en una época de gran popularidad de la catedral de San Salvador de Oviedo, que atrae a peregrinos de toda la Cristiandad. El obispo inicia las obras de la catedral gótica, comenzándose en 1382 lo que será el nuevo pórtico de San Salvador que llega hasta nuestros días.
En 1383, apenas dos años después el conde se levanta en franca rebelión contra su hermanastro abasteciendo varias de sus fortalezas y haciéndose fuerte en la muy fortificada villa de Gijón. Había que encargar la defensa de los intereses del rey a alguien de su total confianza. Nadie mejor que un fiel servidor como don Gutierre de Toledo, Obispo de Oviedo.
En esta ocasión parece que el levantamiento cobró gran virulencia, especialmente en las tierras de Tineo y Cangas, donde el conde don Alfonso tenía poderosos seguidores. Pedro Ruiz Sarmiento, Adelantado Mayor de Galicia, Pedro Suarez de Quiñones, Adelantado Mayor de León y Pedro Fernández de Velasco, Camarero Mayor, entrán en Asturias para ayudar a reducir al conde. Mientras tanto en la montaña leonesa Arias Álvarez de Omaña se enfrenta a los partidarios del conde en Laciana y las Babias. No solo eso, el rey envía una carta a 35 caballeros asturianos para que sigan las ordenes del obispo en la guerra contra el bastardo. Lo hace bien el obispo, los ejércitos reales llegan a Gijón sin demasiados problemas. Don Gutierre había allanado el camino.
El 18 de Julio, en el campamento real frente a Gijón se rinde el conde don Alfonso, al que se le perdona la vida, pero se le confiscan todos sus bienes. Se da perdón a todos sus seguidores excepto dos Ferrán Sanchez de Piedrabuena y Diego Sanchez de Reciella, que habían encabezado la rebelión en Tineo y Cangas. Los muros de Gijón son derribados, el castillo de Tudela batido, diversas fortalezas en Tineo y Cangas derruidas, solo el castillo de Tineo permanece como prisión real. Juan I se asegura así que nunca vuelva el conde a rebelarse en Asturias. (Lo hará pero ya no en la región)
La intervención del obispo en esta derrota del conde fue determinante. No solo el Adelantado de León, Pedro Suarez de Quiñones, se pone a las ordenes del obispo durante la guerra, sino que los hombres de los monasterios de Corias y Obona en el occidente astur, fueron determinantes en la derrota del conde y los suyos. La guerra debió de alcanzar cotas muy altas de violencia y crueldad, porque las medidas que tomo don Juan I contra las fortalezas y vasallos del conde, evidencian que no quería volver a arriesgarse a algo parecido. Muy posiblemente sin la decidida presencia de don Gutierre en la región las cosas habrían sido muy diferentes. Para premias los buenos oficios del obispo el rey concede al obispado de Oviedo el condado de Noreña, que había pertenecido a don Alfonso, antes que él a su padre Enrique de Trastámara y antes todavía a don Rodrigo Álvarez de las Asturias.
Derrotado el conde, don Gutierre no descansa, está resuelto a fortalecer la posición de la iglesia de San Salvador, se busca apoyos entre los linajes más potentes de la región destacando entre ellos los Bernaldo de Quirós, a los que concede la encomienda de las tierras de Belmonte, Proaza y Quirós. E incuso su hermana María Gomez se casa en algún momento con Lope Gonzalez de Quiros.
El obispo fortalece también la posición de la iglesia en la ciudad de Oviedo, asegurándose el nombramiento de uno de los tres jueces de la ciudad, y la nulidad de las actuaciones de estos si no están los tres juntos.
En el ámbito religioso redacto un catecismo en español, organizó reuniones con diferentes sínodos para la reforma religiosa y otorgó nuevas constituciones a diferentes monasterios, entre ellos el de Corias y Obona, tan determinantes en la derrota de los del conde don Alfonso en Tineo y Cangas. De sus diversas reformas de la vida monástica son buen ejemplo los casos de los monasterios femeninos de Santa María de Villamayor, en Piloña, y Soto de Dueñas, en Parres, se descubrió que las monjas de dichos monasterios no respetaban sus votos, no se respetaban las horas de rezo, los vecinos entraban y salían a su antojo de los monasterios e incluso algunas de las monjas habían tenido hijos con algún vecino. El obispo desalojo a tan relajadas monjas y entregó los monasterios a los hermanos benedictinos de San Salvador de Valdedios. Realizó importantes estudios de los documentos guardados en la catedral de Oviedo, cuyos frutos más importantes son El Libro de los Privilegios 1382, Libro de la Regla Colorada 1383 y El libro Becerro o Libro de Don Gutierre, 1385.
El Obispo condenó a la excomunión a todos aquellos que realizarén practicas mágicas y a aquellos que les pidan consejo. Ya en tiempos de Alfonso XI, don Alvaro Pelayo en su Speculum regnum aconseja al rey que persiga a brujos y adivinos que abundan en las tierras de Andalucia y Asturias, donde se hallan sortilegios, maleficios, adivinos, encantadores, augures, arúspides, geomanticos, nigromanticos y otros magos.
En 1386, ante la posible invasión del Duque de Lancaster, se encarga al obispo proteger Asturias de los ingleses. No serán puestos a prueba los preparativos llevados a cabo por don Gutierre, el Duque de Alencaster conquista Coruña y Santiago, pero se dirige a Castilla. La guerra finaliza con un acuerdo entre el rey don Juan y el Duque mediante el cual la hija del segundo se casa con el heredero del primero, como dote se funda el Principado de Asturias, que será a partir de entonces dominio privativo del heredero al reino de Castilla. En ese mismo año don Gutierre funda en Salamanca el Colegio de Pan y Carbón, el más antiguo de Salamanca, para alojar a seis estudiantes (dos ovetenses, dos toledanos, dos palentinos, su tío Gutierre Gomez de Luna era Obispo de esa diócesis).
Muere don Gutierre en 1389, siendo enterrado en la catedral de San Salvador en la capilla de Covadonga, edificada en la catedral de Oviedo para albergar sus restos.

Ideas de aventuras: don Gutierre envía a los PJ's a visitar diversos monasterios con el propósito de comprobar el estado de la vocación en Asturias. Los Pj's descubren poco a poco como se han relajado las costumbres  de los monjes y monjas hasta extremos insospechados, deben dar cuenta de esto al obispo. Ahora bien, los monjes no tienen porque dejarles marchar...
 O a lo mejor los Pj's forman parte de esos monjes disolutos que están siendo perseguidos por el obispo. Tal vez, si huyen con algunas de las riquezas de su monasterio podrán evitar el pasar el resto de sus días en una celda de clausura.
 Parece ser que Asturias está plagada de practicantes de la brujería y el adivinamiento. Don Gutierre quiere poner freno a estas practicas que atan a los plebeyos a la ignorancia y la superstición y envía a unos hombres de confianza a acabar como bien puedan con esta plaga. Claro que los adivinadores, nigromantes, brujos, etc. no se van a dejar eliminar y tienen poderosos aliados... (En este caso en concreto me gusta imaginarme a don Gutierre más como un hombre sabio que realmente quiere alejar al populacho del miedo y la superchería, que como un matarife de la FVL, claro que a lo mejor estos últimos consideran que el obispo demasiado laxo en sus maneras e intentan quitárselo de en medio, en las manos de los Pj's estará impedirlo)

Post scriptum: la bibliografía fundamental de está entrada ha sido "Gutierre de Toledo Obispo de Oviedo, 1377-1389" de Francisco Javier Gonzalez Conde, aunque también la Enciclopedia de Oviedo y "Vivir en la Asturias Medieval" de VV.AA.

1 comentario:

  1. En el Privilegio rodado de Juan I de Castilla en las Cortes de Segoviael año 1383, no se concede ni menciona en momento alguno el título de Conde de Noreña sino "el Señorío de Noreña a Gutierre de Toledo, Obispo de Oviedo y a sus sucesores en el cargo"
    ¿Es una interpretación errónea lo trascrito por Risco,124, Miguel Vigil101, Canella,23 Higinio Monte,111, Juan Uría Macua, Carlos González Cuesta y José A. Leirado Arbesú,74 entre otros autores, el citar el Privilegio otorgado por Juan I en el año 1383, como origen del Condado de Obispalía de Noreña?
    Ver Condado de Noreña/ Villa Condal de los Obispos de Oviedo
    http://www.norenaentranable.es/pagina.htm

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