martes, 25 de febrero de 2014

El corazón del Occidente. El territorio de Tineo.

Se han preguntado vuestras mercedes el porque Asturias tiene nombre en plural y no en singular como las demás regiones de los reinos de España (excepción hecha de las islas, claro está). ¿No se lo han preguntado? Pues aún así, yo les respondo. Sepan que en tiempos antiguos no existían solo dos Asturias, las de Oviedo en el reino de León y las de Santillana, en el reino de Castilla, sino tres, siendo las Asturias de Tineo, también en el Imperio Leonés, las terceras de estas Asturias. ¿Y de donde salen o donde están esas Asturias que dicen de Tineo? Bueno, para eso tenemos que remontarnos un poco más atrás en el tiempo.A una época anterior a los romanos, una época de densos bosques, escasos caminos y fortificados castros. Una época en la que el oro todavía se escondía bajo las montañas y en la que los hombres se separaban por clanes y pueblos.
Los pésicos eran uno de estos pueblos entre los que se dividían los astures tramontanos, es decir los que se encontraban más allá de la cordillera cantábrica, en más o menos lo que ahora es Asturias. El territorio que ocupaban los pésicos se extendía por lo que hoy se denomina el Occidente asturiano, que vienen a ser el territorio que se extiende entre el río Nalón por el Este y el río Navia por el Oeste, siendo las tierras de más allá del Navia territorio ya de las tribus galaicas. De estos tiempos y de otros anteriores son muchos los recuerdos que nos quedan: los dólmenes de Merilles y Baradal, los túmulos que se reparten por sierras y montes y que aquí se conocen como "cutruyos" y "covayos", los numerosos castros fortificados y, ya de tiempos de los romanos, los restos de la minería del oro.
Y es que este territorio era bastante rico en oro y otras riquezas minerales y poco después de la conquista romana se articuló rápidamente con diversas carreteras y explotaciones mineras para sacar el mayor rendimiento posible de los recién conquistados terrenos. Estas carreteras se organizaban de manera que las explotaciones se comunicarán entre ellas y con la capital del Conventus Asturum, a la sazón Asturica Augusta, Astorga. Se conserva de los romanos la inscripción al dios Evedutonio, que mora en Barcia, dios astur del lugar que los romanos, prudentes, honraban como se merecía. 
Y son estas tierras de occidente, este territorio, que lo fue, de los pésicos, lo que en los albores del año mil aparece denominado como las Tierras de Tineo, o las Asturias de Tineo, el territorio que va desde el alto de la Cabruñana en el concejo de Grao al río Navia, es decir, prácticamente todo el occidente asturiano.
 Pero sigamos el orden que marcan los años.
 Poco se sabe en realidad de los que paso en los últimos años de la dominación romana, y menos aún de lo que hicieron por allí suevos y visigodos. De hecho tenemos que esperar a los reyes de Asturias, al rey Silo para ser más exactos, para volver a tener noticias de Tineo. Dicen los monjes de Corias que en 780 un hijo de Silo, llamado Adelgaster, príncipe de Xixón, fundó en estas tierras en monasterio de Obona. Pero eso ya se ha dicho en otra parte.
 La fundación de monasterios tuvo una gran importancia en la zona, pues no solo Obona, sino tambien Barzana (¿será esta la Barcia del dios Evedutonio?) y sobre todo Juan Bautista de Corias son fundadas en estas Asturias de Occidente. Todos estos monasterios eran fundados por poderosas familias de la zona con la doble intención piadosa (para su alma) y repobladora y de organización (para el territorio). 
 Dio durante los siglos XI y XII Tineo personajes ilustras a los reinos de España. El conde de Oviedo Diego Rodriguez, nacido en Tineo, tuvo una hija, Ximena Díaz que caso con un tal Rodrigo Díaz, al que llamaban el Cid. Y por esos años una tal Ximena Nuñez era condesa en Tineo, donde pudo conocer al rey Alfonso VI y donde pudo tener con él sus amoríos pues dos hijas tuvo con él. Una de ellas, Teresa, sería madre del primer rey de Portugal, Alfonso I, la otra con Raimundo IV de Tolosa, que fue nombrado conde de Teverga y que marcho con los cruzados a la conquista de Jerusalén. 
 Pero no todos en Tineo eran gentes ilustres, en 1115 se reúnen representantes del concejo en Oviedo con el obispo Pelayo con objeto de organizarse para defenderse de los malhechores que asolaban el territorio. Algo muy común en las Asturías medievales, como hemos visto.  
No se sabe si sirvió esa reunión de poco o de mucho, pero si es cierto que en 1277, más de ciento cincuenta años después se reúnen de nuevo los de Tineo con los otros concejos limítrofes para organizarse de nuevo contra los desmanes de los señores feudales. Está vez lo hacen en el puerto de La Espina y sin obispo. 
Las Asturias de Tineo se gobernaban desde el castillo homónimo, que seguramente estuviera levantado sobre un castro anterior, o sobre una torre romana hecha para vigilar tanto oro y alrededor del cual se levanto una villa en el s.XIII, al calor de las fundaciones de Alfonso IX, quién también establece como paso obligado para los peregrinos a Santiago la susodicha villa y el monasterio de Obona. La villa era abierta, sin muralla, pero contaba no solo con el castillo, que estaba bien defendido por muralla, torre y foso, sino con hospital de peregrinos llamado "Mater Christi", un convento franciscano y la casa fuerte de los García de Tineo, importante familia del lugar.
 El territorio de Tineo (aquí hay que hacer una aclaración, en estos años, baja edad media, el territorio de Tineo hace referencia a lo que a día de hoy es el concejo del mismo nombre, NO a todo el occidente de Asturias, hay que diferenciar entonces entre "Tierra de Tineo" y "Territorio de Tineo", a partir de ahora hablaré del territorio), junto con Cangas del Narcea y Allande pasan en 1369 a manos del que era entonces Adelantado Mayor de Asturias, Pedro Suárez de Quiñones, en agradecimiento por los servicios prestados durante la guerra contra don Pedro I, su hermano. 
Dos peregrinos avistan un patarico en las tierras de Tineo
Juan Pablo Moratiel
 No fue la posesión de los Quiñones una cosa sosegada y tranquila. Con las sublevaciones del Alfonso Enriquez los castillos de Tineo y Cangas del Narcea cayeron en manos de sus seguidores, a la sazón Diego Sanchez y Fernán Sanchez, lo que motivo que el Adelantado Mayor, es decir el ya mencionado Pedro Suárez de Quiñones, ordenará a Diego García de Tineo que se hiciera con el control de los castillos y que "prendiera o matara" a los dos rebeldes. Con mucha sangre y esfuerzo lo consiguió el de Tineo y no debió ser cosa baladí pues cuando por fin se rindió en Gijón el conde don Alfonso Enriquez, se perdonó a toda su gente, excepto a estos dos Diego y Fernán Sanchez, que habían cometido grandes desmanes en esas tierras de Tineo. 
 Estos García de Tineo eran gente de confianza del Adelantado Mayor, pues junto a él había estado en el asedio a Algeciras del año 1379, eran gente muy principal de estas tierras y dieron origen a varíos linajes de ricos-hombres con solar en Tineo, a saber; los propios Garcia de Tineo, los Caballero con su lema: "agua, castillo y león prisionero, armas son de caballero" y los Riego, que se establecieron en Tuña, pequeña población tinetense. 
 Estos del Riego tuvieron sus querellas con otros nobles de la zona, los  Plaiz de Arganza y hubo un gran enfrentamiento en San Félix de Mirayo donde casi se extermina a estos últimos. Sin embargo, como solía ser habitual en la época, todo se arregló con varios matrimonios entre ambos linajes. 
 Decir por último que los García de Tineo también tuvieron sus más y sus menos con el monasterio de Obona, de hecho, el acoso al que sometieron al monasterio en tiempos de Alfonso IX fue lo que motivo que el monarca se acercará a estas tierras para dejar bien claro que el mismo protegía al cenobio. Los García de Tineo siguieron, no obstante, manteniendo algún tipo de relación con el monasterio pues gustaban de ser enterrados en él.
 Volviendo a Tineo y a los Quiñones, parece ser que en algún momento perdieron el control sobre estas tierras, parce ser que en tiempos de Enrique III, y en 1434 el rey Juan II se lo entrega a un noble francés, el conde de Armagnac, por los servicios que este le había prestado en diversas guerras contra Aragón y Navarra. Pese a todo el de Armagnac no debía llevarse demasiado mal con los Quiñones, pues cuando los nobles castellanos (Quiñones entre ellos) se sublevan contra el valido don Álvaro de Luna, el Príncipe de Asturias, futuro Enrique IV, se encuentra que sus capitanes en Asturias, en concreto Fernando de Valdes, que fue el capitán designado para apoderarse del occidente, que toda la tierra estaba tomada por los hombres del conde de Armagnac y de los Quiñones, con lo que su misión era casi imposible. Juan II intentó apartar a los Quiñones de las tierras de Tineo, dándole a cambio la tierra de Llanes, pero no debió de resultar efectiva esta solución pues hasta 1494 no recuperan definitivamente los Reyes Católicos el control sobre el Occidente de Asturias. 
 Acabadas las guerras en el propio Tineo, los naturales se pueden dedicar a otros menesteres y en 1518 un tinetense, García Fernández da muerte ni más, ni menos, que al famoso pirata Barbarroja (al primero, que luego hubo otro...).

Por supuesto Tineo tiene su parte mitológica y legendaria. 
 Aquí al Nuberu se le conoce por Renubeiru y se dice de él que es un hombre chamuscado que gusta de la compañía de las brujas y se tiene la costumbre de ahuyentarlo colocando cuchillos y hachas con el filo señalando a las nubes, las campanas de San Facundo tienen también la capacidad de espantarle. Al Busgosu lo llamán Pelosu en estas tierras. La Güestia es conocida como la Houstia. Y aunque no hay leyendas en Tineo sobre los homones, criaturas gigantes con forma humana, pero si las hay en Salas y en Allande, que son los concejos que rodean Tineo por Este y Oeste respectivamente, en la edad media formaban parte de la tierra de Tineo y no es difícil imaginarse que los homones de uno y otro lado también caminarán por los montes tinetenses.
 El que sin duda cabalga por Tineo es "La Pantasma", el espíritu de un caballero muerto en pecado de adulterio al caer de su caballo. 
 Curiosamente, pese a ser un concejo de interior, en Tineo saben que el Ome Marín es capaz de subir por los ríos desde la mar para violentar a las mozas, pues son estas criaturas especialmente lujuriosas. 
 En los abundantes túneles y galerías que horadan estas tierras es bien sabido que habitán xanas, encantadas y cuelebres, y no falta quien diga que los túneles han sido excavados por los míticos mouros, que rebosan riquezas y que incluso pueden llevar a su mundo. Cuidado ha de tenerse si uno se adentra en alguno de ellos llamado por la avaricia, bien es sabido que una moza desapareció para siempre en su camino entre Navelgas y Navaral al introducirse por una galería en la que creyó ver refulgir el oro. En la noche de San Xuan se pueden oír sus lamentos, mientras espera a que algún gallardo caballero baje a desencantarla.
En la ermita de Cotariello pueden verse todas las noches unas luces fantasmagóricas que, si algún incauto se acerca demasiado, son capaces de subir por el cuerpo y dar un insoportable calor. Se cuenta que son las almas en pena de una moza y su amante, ella fue asesinada por él y él se suicido después. No falta quién dice que todo se debió al arrepentimiento de ella al estar embarazada antes de haber pasado por la vicaria.  
En Vil.latresmil se cuenta que un señor de horca y cuchillo, o sea uno de esos señores feudales con derecho a juzgar y castigar a sus vasallos,  fue convocado por el rey de Castilla, una vez en Valladolid el rey le pregunto cómo podía ser que gobernase sin barba, el señor contesto que para eso que gobernara un chivo, fue mandado decapitar por el rey, al que no le gustó la respuesta. 
En las profundas minas escavadas por los mouros
se encuentran fabulosos tesoros enterrados.
Nestor González
El castillo de Mirallo. Dicen los del lugar que en lo que ahora es el prado de Eiros, cerca de San Felix de Mirallo, existía antiguamente un castillo como no ocupado por un señor especialmente sanguinario y cruel. Vivía solo en el castillo acompañado por una anciana servidora y le gustaba pasear por lo alto de su torre par vigilar lo que ocurría en sus dominios. En una aciaga ocasión divisó las llamas de una pequeña hoguera que había sido encendida por el hijo de un campesino. Ante tamaña ofensa no pudo menos que mandar arrastrar al labriego al castillo para hacerlo azotar, lo que el labriego, ya de por si un hombre de mala salud, no pudo soportar y murió ante los ojos de su hijo, el de la hoguera. Éste no dudo en maldecir a su señor delante de todo el mundo. Y alguien poderosos debió de oír la maldición porque el señor de Mirallo murió a los pocos días acompañado de sus anciana servidora. Más aún el castillo se derrumbó sin dejar rastro de su presencia. Pero hay quién dice que si pasas de noche por la meseta de Eiros escucharas los gritos del señor de Mirallo al que están azotando en la otra vida.
Se dice que en el Campu L’ayalguina hay enterrado un tesoro de los mouros.

Post scriptum: antes de acabar quiero comentar tres datos que me han llamado la atención pero que no sabía bien como meter en el articulo. Por un lado la existencia de un lugar llamado El Peligro en las cercanías del monasterio de Obona, pese a tener un nombre tan sugerente no he encontrado ninguna anécdota ni leyenda al respecto. 
 En segundo lugar comentar una curiosa costumbre que se tenía en Tineo para estimular al matriz de las parturientas:  la hacen pasear y entre cuatro mocetones la menean... es de suponer que cada uno la agarra de una extremidad y, pues eso, la menean.
 Y por último una jocosa costumbre que se tenía en tiempos de Antroiro o Antroxu o Carnaval. Parece ser que para finalizar la fiesta, los más inquietos de la mocedad se dedicaban a lanzar el "goxu", que no es otra cosa sino lanzar un carro de hierba ardiendo colina abajo contra una aldea seleccionada al azar, por lo general y por comodidad se escogía una que estuviera situada más abajo que el lugar en el que se encontraban los bromistas. La verdad es que no hay nada mejor como estar durmiendo y que de repente te estrellen un carro ardiendo contra la quintana. Un chistazo vaya, no se si en la baja edad media se estilaba esta tradición, pero ahí queda dicha.
 Ah, y otros tinetenses de renombre en la historia de España fueron Pedro Rodriguez de Campomanes, marques de Campomanes e ilustrado, y Rafael del Riego, si, el del himno de Riego, de Tuña nada menos.
Post scriptum II: espero que haya podido dejar clara la diferencia entre tierra y territorio de Tineo. Parece ser que la tierra de Tineo era prácticamente todo el Occidente asturiano, lo que se correspondería con la tribu astur de los Pésicos, mientras que "territorio de Tineo" hace referencia a un espacio mucho más pequeño, que ocuparía lo que ahora es el concejo. La diferencia entre uno y otro parece haber surgido a caballo entre los s.XIII y XIV, a partir de los cuales ya no se hace referencia a las Asturias de Tineo, sino simplemente al concejo.
Bibliografia: "El concetson" de Yasmina Rodriguez Gonzalez. 2002-2003. E. Universitaria de Turismo de Asturias.
"Nuestras raices. Patrimonio Historico" Manuel Fernández de la Cera.
"Mitos y leyendas asturianas" Alberto Álvarez Peña
También Wikipedia: Tineo
De nuevo he tenido la suerte de contar con Juan Pablo Moratiel y Nestor González Fernández

2 comentarios:

  1. "¿Sabéis cómo nos podemos echar unas risas? Vamos a tirarle un carro en llamas a los del pueblo de abajo". Peculiar sentido del humor, sí señor...

    ResponderEliminar
  2. Lo mejor de todo es que Tineo es un concejo especialmente abrupto. El 50% del territorio tiene entre 25 y 50% de desnivel, y otro 25% tiene un desnivel superior al 50%!!!! O sea que el carro en cuestión puede llegar a coger unas velocidades de cuidado. Ideal para que te irrumpa en casa a eso de las tres de la mañana.

    ResponderEliminar