domingo, 14 de julio de 2013

Después de Dios, la casa de Quirós.

Encomenderos de la mitra ovetense, vasallos de don Rodrigo Álvarez, caballeros de la banda, portaestandartes reales, alcaides de Oviedo, señores de Valdecarzana. En resumidas cuentas: la Casa de Quirós.
Ricoshombres asturianos desde, al menos, el s.XII, está casa de lo que sería en principio la baja nobleza comienza su ascenso social desde el primer momento que se tiene noticia de ellas, hasta convertirse, ya en el s.XVI, en la más importante y prestigiosa del solar asturiano, y presenta un buen ejemplo de como una familia de ricoshombres podían escalar en la sociedad de la época moviéndose con firme cautela y arriesgándose solo en el momento decisivo, en su caso la guerra civil entre Pedro I y su hermano Enrique. 
Hasta ese momento las noticias que se tienen de los Bernaldo de Quirós son más bien escasas. Parecen tener origen en un tal Ximeno Bernaldo de Caso que en el siglo XII era señor de Caso, en la montaña oriental asturiana. No sería hasta el reinado de Fernando III el Santo que empezarian a ser conocidos por Bernaldo de Quirós, debido a que el cabeza de linaje Gonzalo Bernaldo de Quirós (habrá muchos con el mismo nombre a partir de entonces) consigue la encomiendo del concejo homónimo, perteneciente a la mitra Ovetense. 
Es de recibo señalar aquí que la leyenda, no obstante, sitúa los orígenes de los Quirós en otro ilustre Bernaldo, el del Carpio, sobrino de Alfonso II "El Casto" y vencedor de la segunda batalla de Roncesvalles, pero, claro, este personaje es semi-mítico, lo mismo que su filiación con los Quirós. Y otro mito sobre el origen de estos nos habla de un tal Constantino hijo de los reyes de Constantinopla que habiendo ganado su escudo defendiendo nada menos que al Papa de Roma (el cual le concede el derecho de portar las llaves se San Pedro en el escudo), se encontraba al servicio del rey don Ramiro de Oviedo, y viendole caer del caballo en el fragor de una batalla le grita para darle ánimos:"¡Is quirós, is quirós!" que en griego viene a ser "teneos fuerte", "aguantad" logrando llegar a la vera del monarca y entregando sus armas y su caballo, con lo cual don Ramiro se salva y, al recordar las palabras de tan buen vasallo, le apellida Quirós y da origen al lema de la casa pues el rey afirma que le debe la vida a Dios y después a la casa de Quirós.
Pero volvamos a la Historia. 
 A principios del siglo XIV, los Quirós se encuentran vinculados a los dos grandes poderes territoriales asturianos, por un lado Rodrigo Álvarez de las Asturias, que con motivo de la boda de don Gutierre Bernaldo de Quirós con María Cifuentes le entrega la villa y coto de Villoria (Laviana), dando muestras ya de la buena consideración que tenían de ellos sus señores. Por otro lado la mitra de Oviedo sigue teniéndoles como importantes encomenderos de sus tierras, ya antes de 1314 tenían en encomienda Teberga, Quirós, Riosa y otros muchos territorios de la mitra. Todavía eran una familia menor, pero ya se les debía tener en cuenta. Por estas fechas el concejo de Avilés pide ayuda a don Rodrigo para poner freno a los desmanes que otro Quirós, don Lope González de Quiros y su hijo Pedro Bernaldo, estaban cometiendo contra ellos. La baja nobleza asturiana siempre en conflicto con los concejos, no con don Rodrigo que, a parte de mediar en el conflicto, acaba nombrando a Lope Gonzalez su testamentario y alférez. La vinculación de los Quirós con el magnate es evidente.
 Y no son estos señores asturianos los únicos que valoran a los Quirós, el mismísimo rey Alfonso XI les nombrara en 1344 Caballeros de la Banda, al menos tres generaciones de la Casa de Quirós recibirán ese honor... con la responsabilidad que conlleva.
Don Gonzalo entrega a Don Pedro Suarez de Quiñones
las llaves de las fortalezas de Oviedo
 Sin embargo, pese a que nos encontramos con una familia que en siglo XIV lleva en ascenso casi doscientos años, no será hasta la guerra civil castellana que los Bernaldo de Quirós den realmente un paso de gigante. Desde el principio los Quirós se decanta por la causa del rebelde Trastamara. Era una decisión lógica, don Enrique era el heredero de casi todos los bienes de don Rodrigo Álvarez, e incluso llega a confirmar algunas donaciones que el magnate había ya hecho a los Quirós. Por otro lado, la mitra de Oviedo, también rebelde, era la legitima propietaria de gran parte de las tierras que gestionaban nuestros protagonistas. En resumen, todas sus circunstancias empujaban a los Bernaldo de Quirós, con don Gonzalo a la cabeza, a abrazar la causa rebelde. Y no se andarán con medias tintas.
 En 1353 don Gonzalo es entregado, entre otros caballeros, como rehén al rey don Pedro, para garantizar que don Enrique no haría guerra contra su hermano. No sabemos como salió de está situación pero en 1367 se encontraba en Najera alineado en primera linea de batalla junto con sus hermanos de orden y bajo el mano del Mariscal de Francia, Beltran Duguesclín. Pese a que fueron derrotados, don Gonzalo logró sobrevivir a la debacle y volver a Asturias para cuando la contienda ya había finalizado. Lo que no impidió que leales petristas siguieran en pie de guerra en nuestra región, encargando el obispo de Oviedo el gobierno de la ciudad a don Gonzalo Bernaldo, con orden de entregar las llaves del castillo a aquel que fuera proclamado rey legítimo de Castilla. Fue Pedro Suarez de Quiñones, Adelantado mayor de León y Merino mayor de Asturias, el encargado de recibir las llaves en nombre de don Enrique de Trastamara (el de Quiñones había llegado a Asturias para coger las llaves y para terminar de pacificar la región). Desde ese momento pintan los de Quirós en su escudo dos llaves. 
 Estos servicios eran muchos y muy buenos y don Enrique supo premiar a los suyos, las mercedes enriqueñas, en lo que atañe a la Casa de Quirós consistieron en el señorío de Valdecarzana y en la creación del condado de Sotillo, señorío de Lena que muy posiblemente ya poseyeran los de Quirós con anterioridad, pero ahora lo harían a título de condes. 
Escudo de los Bernaldo de Quirós
con las dos llaves de las
fortalezas de Oviedo
 No solo eso sino que en 1372 el obispo de Oviedo don Gutierre de Toledo, entrega a la familia el castillo de Alba de Quirós (en el cual había residido la reina Urraca "La asturiana" última reina privativa de Asturias), que ya había estado antiguamente en manos de los Quirós. Por algún motivo que desconocemos el rey Enrique II devuelve la custodia al obispado pero, tras diversos pleitos y protestas en 1380 vuelve el castillo a nuestros protagonistas, desde donde regirán los destinos de las comunidades rurales que les rodean. 
 Dejemos que pasen algunos años, no muchos, hasta 1385, concretamente hasta 14 de Agosto. Don Enrique II ya ha muerto, Gonzalo Bernaldo de Quirós, llamado ahora "el viejo" se ha reunido también con su creador, aunque no sin antes hacer todavía más servicios a don Enrique, pues se dice que viajó con el a Inglaterra o, al menos, que realizó una embajada a ese país en su nombre... ambos han ya muerto, como digo, han dejado paso a una nueva generación de trastamaras y bernaldos, han dejado paso a nuevas guerras. Y es que en ese día las fuerzas castellanas de Juan I se enfrentan a los portugueses, también de Juan I, pero de Portugal, en Aljubarrota en lo que será una derrota sin paliativos para los de Castilla. Miles de muertos castellanos y portugeses se agolpan en el campo de batalla. Son tantos que el curso de los riachuelos que por allí transcurren se detiene y se estancan. Entre los muertos se encuentra un Quirós. 
 Gutierre Bernaldo de Quirós, II conde de Sotillo, señor de Valdecarzana, caballero de la banda y portador del pendón real. Es evidente que los reyes Trastamara tenían en gran valía a sus vasallos asturianos pues no dudaron en concederle tal honor en momento tan decisivo de su historia. Y don Gutierre se mostró digno de él. Cuando la batalla se veía perdida y los portugueses se abalanzaron sobre el pendón del rey don Gutierre lo asió con tal fuerza que los lusos hubieron de cortarle las manos para arrebatárselo, lo agarró entonces con los dientes, y dice la leyenda que, cuando los supervivientes recorrieron el campo de batalla buscando heridos o botín o ambas cosas, se encontraron con el cadáver de don Gutierre sin manos y con un trozo de tela del pendón real en la boca. Fiel hasta el final pasó a ser conocido como don Gutierre "el de los tucos", esto es, el de los muñones, por razones obvias.

 Murieron en Aljubarrota otros dos quiroses, don Lope hermando del anterior y don García, su primo.
 Tanta muerte podría haber dado al traste con el linaje, pero no fue así. Los Bernaldo de Quirós eran una estirpe prolífica y sus muertes en combate no dejaban de ser parte de los riesgos a los que se sometían los de su condición. El linaje continuó medrando durante los años finales del s.XIV y principios del XV, estamos en la época de Alfonso Enriquez y sus revueltas, del ascenso de los Quiñones, de la creación del Principado. Durante estos años de turbulencias los Quirós lucharán de nuevo bajo las ordenes de la mitra ovetense, emparentarán con otras casas nobiliarias de la montaña asturiana y del resto de Castilla. Buscan expandir su linaje, fijar alianzas y hacerse fuertes. De los hijos de don Lope, hermano de  don Gutierre "el de los tucos" surgirá otra de las más poderosas y prestigiosas casas de la nobleza asturiana, la casa de Miranda, que tiene su origen en el hijo ilegitimo del tal don Lope (legitimado, eso si), Martín Vazquez de Quirós que se casa con Ines de Miranda y que había recibido de su padre el señorío de Valdecarzana, andado el tiempo y los siglos de este tronco nacerían los Marqueses de Valdecarzana.
Aljubarrota. Don Gutierre defiende el pendón real.
Pero estos casamientos no siempre tuvieron el efecto deseado, puede ser que por desacuerdos sobre la dote, puede ser que por rencillas varías, los Quirós se verán inmersos, a medida que avanza el siglo XV en diversas luchas banderizas. Unas veces contra sus parientes los Miranda, otras contra la casa de los Valdes "por ver quién valía más en la tierra". Según avanza el s.XV se enfrentan, sucesivamente con estos últimos, primero en un lugar llamado Parança, saliendo descalabrados los Quirós, que habrían perdido hasta ochenta hombres. Más adelante Juan Bernaldo de Quirós, hijo del de "los tucos", se enfrenta con Melén Suarez de Valdes en el puente de Colloto, dándole muerte a él y a sus hermanos y a sus hijos legítimos, se salva tan solo el hijo ilegítimo de los Valdés, que se escondió debajo del puente y consiguió escapar. Y por último una generación más hasta que Ivan Bernaldo de Quirós, ya casi bajo el reinado de los Reyes Católicos, reúne a su gente y se adentra en Pola de Siero buscando desbaratar a los Valdés, no se atreven éstos a enfrentarle y huyen de la tierra, quedándose el de Quirós con sus tierras y casas fuertes.
 Y esto es solo un ejemplo, porque con sus parientes los Miranda no se llevaban tampoco demasiado bien, posiblemente por problemas a la hora de determinar la dote de la boda que los emparentaba. Parece que sus enfrentamientos fueron de los más graves de finales del siglo XIV, tanto que Gonzalo Bernaldo de Quiros "el mozo" se encuentra en la guerra de Granada redimiendo penas por homicidio...
Y no era el primer Quirós que se bajaba a Granada a hacer la guerra. A las ordenes de Rodrigo Manrique, Juan Bernaldo de Quirós había participado en la conquista de la villa de Huescar, en Granada, en 1434. Los Quirós seguían acudiendo fielmente cuando el rey los llamaba durante el s.XV.
 Pero durante el sXV hay otro Bernaldo de Quirós que llama más la atención que los demás. Se llama también Gonzalo Bernaldo de Quirós (para variar) pero tenía la considerable desventaja de haber nacido bastardo. Y aunque esa condición intentaba ocultarse en la época, o al menos no se hablaba de ella en voz alta, ha pasado a la posteridad como Gonzalo Bernaldo de Quirós "el Bastardo" y fueron sus propios sobrinos, los del linaje "puro" los que se encargaron de que esto fuera así. Veamos porque.
 Juan Bernaldo murió a consecuencia de las heridas recibidas durante la conquista de la villa de Huescar, en algún momento entre 1434-1435. Su hijo legítimo Lope Bernaldo de Quirós se convirtió entonces en cabeza de linaje, cargo que ejerció hasta 1446 cuando murió debido a una caída de caballo. Como en ese momento su heredero era menor de edad la tutoría recayó en su tío, pero no en ninguno de sus tíos legítimos, no, el tutor sería Gonzalo Bernaldo de Quirós "el bastardo" el que ejerciera el cargo. Un hecho que no deja de ser curioso, porque en la época ser hijo bastardo era un inconveniente importante. Sin embargo debía llevarse bastante bien con su finado hermano y por eso fue escogido para el cargo.
 No se sabe cuantos años duró esa tutoría, pero de ella nació una fructífera relación que se mantendría una vez que Ivan Bernaldo de Quirós alcanzara la mayoría de edad. Juntos don Ivan y don Gonzalo harían frente a un formidable enemigo. Los todopoderosos condes de Luna y Merinos Mayores de Asturias: los Quiñones.
Estamos en 1468, el infante don Alfonso se ha rebelado contra su hermano Enrique IV, a la causa del infante se han unido los condes de Luna y toda su clientela asturiana (entra los que se encuentran los Miranda), como recompensa don Alfonso ha otorgado el cargo de Merino de Asturias a Don Diego Fernández de Quiñones. Para contrarrestar la maniobra el rey don Enrique IV nombra su propio Merino de Asturias: Ivan Bernaldo de Quirós. Los cuales permanecen leales al rey legitimo enfrentándose incluso con sus parientes los Miranda (parece que la enemistad entre las dos casas ya se había iniciado con anterioridad, este enfrentamiento bien podría seguir a la lógica del enemigo de mi enemigo es mi amigo). En esta lucha "el Bastardo" apoyará fielmente a su sobrino, pero no podrán impedir que los Quiñones tomen control de una parte importante de la región. Curiosamente parece que el dean de la catedral de Oviedo estuvo del bando de los Quiñones, enfrentándose contra sus propios encomenderos los Quirós.
 Sin embargo los Quirós eran gente muy poderosa en la tierra y más valía tenerlos como amigos. El infante don Alfonso envía a otro asturiano, Gutierre de Hevia, a tratar con ellos y sumarlos a la causa rebelde. Lo conseguirá y será recompensado con 2000 maravedíes. A cambio de renunciar a la Merindad de Asturias los Quirós ven reconocidos varios portazgos en la zona de Mieres, posiblemente entre ellos se encontrará una casa fuerte desde la que Ivan Bernaldo de Quirós instituirá en 1474 el Mayorazgo de la Casa de Quirós.
 Los Quirós y "el Bastardo" entre ellos habían dado un paso decisivo al cambiar de bando y no habría vuelta atrás. Con la muerte de Don Enrique se desata de nuevo la guerra civil, está vez entre Isabel y Juana la Beltraneja. Los Quirós estarán de nuevo en el ejercito real enfrentándose a un ejercito portugués en Zamora. En esta ocasión el día será para los castellanos. Como recompensa por sus servicios en el ejercito varios miembros de la nobleza asturiana quedan redimidos de ciertos delitos cuya naturaleza se desconoce. Uno de ellos es don Gonzalo Bernaldo "el Bastardo". Nos queda imaginarnos que tipo de delito estaba redimiendo a las ordenes de los Reyes Católicos.
Mapa de las posesiones más destacadas de los Quirós a lo largo de los siglos.
 No pudo disfrutar don Ivan del Mayorazgo por él instituido. Murió de lepra el mismo año 1474, dejando bien claro que el mayorazgo de los Quirós pasaría del padre al hijo mayor, con primacía de los hombres sobres las mujeres. El problema era que, de nuevo, el heredero legítimo era menor de edad. Y de nuevo recayó sobre "el Bastardo" la tutoría y el gobierno de la casa. Esta vez la cosa no salió tan bien como esperaban.
 Los sobrino-nietos de don Gonzalo eran menores de edad, pero debían de ser lo bastante mayores como para no gustarles la tutela a las que les sometía su tío bastardo. Era don Gonzalo ya un hombre mayor, posiblemente de más de cincuenta años, se había casado recientemente con su pariente Elvira de Quirós, que pese al apellido, pertenecía a la Casa de Miranda, y su sobrina, doña Isabel de Quirós se caso con el cabeza de linaje de los Miranda, don Diego de Miranda. Todo ello con el beneplácito de don Gonzalo. No con el de los Quirós.
 Posiblemente debido a problemas con las dotes, posiblemente debido a que las viejas enemistades no se habían olvidado del todo, las casas de Miranda y Quirós estaban en este punto más enfrentadas que nunca. Y don Gonzalo "el Bastardo" enemistado también con sus sobrino-nietos se pasa al bando de los Miranda. Desde entonces será considerado un traidor por los suyos.
Y se convertirá en un problema para el Corregidor.
 Don Gonzalo, hay que decirlo, se había hecho el hombre fuerte del concejo de Aller merced de unas donaciones que la reina doña Isabel había tenido a bien concederle. El problema es que el concejo de Aller estaba muy cerca de las posesiones de los demás Quirós, que se habían establecido en el valle del caudal y tenían casa fuerte en Mieres. Estaban los tiempos un poco revueltos (como siempre, en realidad) y los bandidos y malhechores merodeaban por la región asturiana, muy seguramente azuzados por esa nobleza levantisca que era la asturiana.
 El corregidor Luis Mejía venía a poner fin a esa situación. Y eso no gustó a los Miranda, que posiblemente vieran peligrar su influencia en la región. Como era costumbre el Corregidor convocó en Oviedo, en verano de 1483, una Junta General para dar a conocer sus intenciones y las instrucciones de los Reyes Católicos. Y hete aquí que los Miranda, acompañados con don Gonzalo "el Bastardo" aparecen con 150 hombres de armas y se instalan extramuros en el convento de San Francisco, que por cierto era panteón familiar de los Bernaldo de Quirós. La sangre no llegó al río, el escribano Alfonso Álvarez de Oviedo, medió para que los de Miranda retirasen su nutrida escolta. Sin embargo el corregidor tomó nota de quienes se le habían opuesto.
 Ese mismo invierno don Gonzalo, que entremedias había tenido tiempo de secuestrar al escribano y pedir 30.000 maravedíes de rescate, es sorprendido por su sobrino Gonzalo Bernaldo de Quirós "el mozo" y por Juan de Argüelles que acompañados de varios hombres se disponen a matarlo. No lo consiguen, "el Bastardo" se refugia en una de sus casa fuertes. No sobrevivirá mucho más.
 Muy poco tiempo después contrae una enfermedad fulminante que acaba con su vida. No dudando los contemporáneos en decir que esa enfermedad "era de hierbas" es decir: envenenamiento. Se acabó la historia de "el Bastardo" se había ganado demasiados enemigos. Pese a todo fue enterrado junto con el resto de su linaje en el monasterio de San Francisco de Oviedo, donde sus parientes no se olvidaron de dejar muy claro en el epitafio: "Aquí yaze Gonzalo Bernaldo de Quirós, fijo de Juan Bernaldo de Quirós, Bastardo"

Ideas de Aventuras:
1) Uno de los Pj's se he enamorado, y es correspondido, por una hermosa dama de la casa de Quirós. Lo que pasa es que a su padre y a sus hermanos eso no les hace nada de gracia.
2) Uno de los Quirós ha contratado a los PJ's para que ocupen uno de las torres que han conseguido en encomienda en las montañas de Teverga. Lo que no sabe ninguno de ellos es que la torre está embrujada desde hace muchos, muchos años.
3) Gutierre Bernaldo de Quirós ha reclutado a los Pj's para que le acompañen mientras porta el pendón real en su próxima batalla contra los portugueses...

Post scriptum: no he querido extenderme más sobre el linaje de los Quirós para que no resultará más confuso de lo que ya es. En primer lugar los nombres de los cabezas de linaje, excepción hecha de Ivan Bernaldo, se repiten una y otra vez, en segundo lugar, los Miranda, sus parientes y enemigos, muchas veces se apellidaban Quirós también, en tercer lugar, no siempre es fácil precisar en que fecha ocurre cada cosa. Solo me gustaría añadir que los Quirós fueron durante los siguientes 400 años una de las familias más influyentes de Asturias, llegando a tener desde mediados del siglo XVI asiento permanente en la Junta General del Principado, y seguramente este asiento lo tendrían desde bastante tiempo atrás, porque dicen que lo tenían desde antiguo. Imposible ser más preciso.
 Lo que me llamaba la atención delos Bernaldo de Quirós es como encajan perfectamente en nuestra idea arquetípica de una familia de la baja  nobleza medieval. Leales a sus señores, grandes guerreros, pendencieros, ambiciosos, violentos, despiadados... Los Quirós tuvieron suerte en sus apuestas, supieron subirse al caballo ganador, muchos otros no lo hicieron y apenas han dejado huella en la Historia. Ahora toca al DJ y a los jugadores que tipo de caballero o hidalgo quieren ser/dirigir ¿un emulo de los Bernaldo de Quirós? ¿o uno de tantos que fue de derrotado por otros más hábiles y que desaparece como llarimes pente l'orballu?







sábado, 6 de julio de 2013

De Rerum Irrationabilium.

Dos cosas me rondan por la cabeza últimamente con respecto al mundo irracional de Aquelarre; la primera de ellas es como deben afectar los sucesos irracionales al mundo de Aquelarre. Es decir como afectarían los sucesos irracionales al mundo Racional. Me explico:
 Si se produce una invasión infernal en una ciudad o una provincia, ¿no debería afectar eso a la Historia misma? ¿No deberían reflejarse de alguna manera esos hechos? ¿Como perciben los humanos estos eventos? En al menos dos aventuras de aquelarre que no nombrare para evitar spoilers, se producen invasiones del infierno, en otra hay un advenimiento del mismísimo Lucifer, en un par de ellas dos monasterios, y los monasterios no eran cualquier cosa en la edad media, son arrasados por hordas demoníacas. ¿Como afecta eso a la Historia? Los monasterios, por seguir con el último ejemplo, eran grandes poseedores de tierras, señores de vasallos, refugio de miembros de la nobleza, y si uno de ellos es arrasado de repente, eso debería tener consecuencias más allá de la mera extinción física de sus habitantes. En una de esas aventuras que he nombrado se soluciona la cuestión diciendo que nadie se acuerda nunca más del monasterio desaparecido, punto y final. Es una solución, claro está, el cielo y el infierno son todopoderosos y lo pueden hacer.
O no.
Totentanz
 ¿Si los poderes divinos o infernales pueden intervenir de esa manera tan definitiva, no se está poniendo un poco en entredicho el orden natural de las cosas, esto es, si el cielo es la RR, el orden lógico de las cosas, "un mundo que podemos palpar con nuestros sentidos y con la fuerza de nuestra fe" según nos dice el manual. ¿No debería ceñirse, al menos el cielo, ha estas "normas de funcionamiento"? Y digo deberían porque los seres angélicos son criaturas Racionales por naturaleza y no deberían poder actuar de forma tan contraria a su naturaleza. 
Eso en el lado teórico.
En el práctico, súbitamente un montón de campesinos se habrían quedado sin señor feudal, o habrían cambiado de uno a otro, con lo que eso conlleva, algunos serían más ricos de repente, otros descubrirían que los caminos parecen ir a ninguna parte o que van a otro sitio distinto, muchos habrían perdido a sus familiares y amigos... no es cosa baladí decir que de un plumazo todo el mundo se olvida de algo. Por no hablar de las invasiones infernales o de las batallas cielo-infierno que tienen lugar en importantes ciudades de nuestra geografía. ¿Como se quedan los habitantes de tal o cual ciudad si un buen día sus calles se ven abnegadas de mareas de criaturas monstruosas o divinas? La mitad de la población se muere del susto, la otra mitad se vuelve loca. Es una opción, tal ciudad se queda maldita, por poner un ejemplo; Toledo deshabitada a partir de aquel año en el que los malache habbalah se abrieron paso a sangre y fuego por Zocodover... Una solución un poco radical desde mi punto de vista y que no nos soluciona el tema de las paradojas históricas (no, Toledo nunca fue arrasada por la hueste angélica, y no, tampoco se quedo deshabitada en tal año). Tal vez sería buena idea combinar estos fenómenos no-naturales (racionales o irracionales) con hechos históricos ya conocidos y pongo otro ejemplo; "¿Recuerda vuestra merced la masacre que se hizo con los judíos en el 1391? Pues tenga a buen seguro, mi señor, que las cosas no son como la gente cuenta..." Supongo que me habréis entendido. 
 En resumidas cuentas, opino que, en un juego como Aquelarre en el que hay que mantener un difícil equilibrio entre uno y otro mundo, habría que tener más cuidado antes de desatar las fuerzas angélicas o diabólicas con toda  su furia sobre los pobres mortales, y que de hacerlo, habría que arreglarse para darle una explicación plausible y acorde con la Historia, en el fondo en la época de las calamidades no debería ser difícil buscar una situación que se pliegue a nuestros fines.
  La segunda duda que me corroe también se refiere al mundo irracional (tanta duda haría que Hume estuviera orgulloso de mi ¡seguro!). Como es bien sabido las criaturas irracionales tienen su hábitat al igual que los animales del mundo racional, unas aquí otras allí, todas ellas con sus creyentes y sus leyendas alrededor. Hasta aquí todo bien.
 ¿Que ocurre entonces cuando los creyentes en tal o cual criatura desaparecen o se trasladan de un lugar a otro?
¡Me he comido al Duque de Alba, a ver que haces!
 Tengo en mente sobre todo a criaturas tales como las mujeres serpiente de arabia, los djinns, los gules, etc. todas ellas criaturas del mundo islámico, aunque mi duda se hace extensible a las criaturas de mitología hebrea o incluso vasca (en el supuesto de que los vascos hubieran tenido una área de influencia mayor del actual, entendiendo por actual el de la época de juego, claro,  en épocas pretéritas). Excepción hecha de algunas criaturas que parecen haberse quedado atrás, como podrían ser las hadas moras, o el gaueko, cuyo hábitat es todo el norte de la península, la mayoría de estas criaturas están confinadas al área cultural de sus "creyentes", pero estos, casi especifico de los musulmanes y los judíos en España fueron perdiendo terreno paulatinamente hasta llegar a desaparecer por completo, desapareciendo también las criaturas de sus mitos. En nuestro mundo racional es evidente porque ocurre esto, simplemente una cultura sustituye a la otra y, salvo alguna que otra influencia, digamos residual, se acaban imponiendo los vencedores a los vencidos. Pero en el mundo de Aquelarre está explicación no me parece satisfactoria. Si asumimos que las criaturas Irracionales son tangibles, es decir existen, como premisa del juego, es evidente que no desaparecen por el mero hecho de que sus "creyentes" sean eliminados físicamente o expulsados. De nuevo nos aparece una interconexión entre historia y leyenda, y desde mi punto de vista está es bastante interesante.
 Las criaturas irracionales podrían intentar adaptarse a las nuevas circunstancias adaptándose lo mejor posible a los nuevos vecinos, pero también podrían salir en defensa, tal vez de forma soterrada, tal vez de forma más abierta, dando lugar a nuevas leyendas y mitos y por ende a nuevas criaturas (porque ¿como se crean las criaturas irracionales?), otras podrían, simplemente marchar al exilio con sus "creyentes", dejando vacío un espacio que sería llenado con criaturas que vendrían con los conquistadores.
 Y eso nos plantea otra interesante situación ¿podrían las criaturas de una cultura expansiva, como era la cristiana de la reconquista, colaborar con los "suyos" para desalojar a sus rivales irracionales y ocupar su lugar basándose en una especie de derecho de conquista de la Irracionalidad? Me viene en este caso en mente un frase del "Pendragon", parafraseo: "los sajones, al llegar a Britania, se trajeron sus monstruos". ¿Podría darse el caso de que los cristianos usaran criaturas irracionales para ayudarles en sus guerras contra los musulmanes? ¿Lo harían abiertamente o sería cosa de una especia de hermandad secreta al servicio de diversos reyes o incluso obispos?
 No lo se, a lo mejor estoy hilando muy fino, a lo mejor las criaturas irracionales están ahí y al día siguiente no están y basta, a lo mejor desaparecen cuando alguien deja de creer en ellas, a lo mejor aparece la Fraternitas Veralucis y se los carga a todos y punto, mira que bien. Todo puede ser, pero la verdad es que estás últimas respuestas no me satisfacen en absoluto, será que soy muy inconformista o que tengo mucho tiempo libre (no, esto último seguro que no).
En fin, estas eran mis dudas y me apetecía compartirlas con los que tengáis a bien leerlas. Si alguien se anima a dejar su opinión bienvenido será. Pero que lo hagáis o no ya depende de vosotros y de que hayáis leído entero este articulo...
Gracias a los que lo habéis hecho.